Ahora resulta ...
Jamas le pedí algo a Santa Claus en tooooda mi infancia. Pero ahora no me puedo perder la oportunidad de pedirle
¡la presideeeencia de México! El nuevo santa esta re-bien parado y ahora que al parecer ama a todos y perdona a sus captores, es el momento ideal porque lo voy a agarra de buenas.
Los carteles de la droga cambiaron los coches bomba y las granadas en plazas publicas para crear terror por políticos de dudosa moral y famosa trayectoria politica. Que miedo.
Satan Claus es de mi auto-ria.
Si...lo hice yo, para reirme yo.
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